lunes, 4 de abril de 2016




UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA
SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA Y EDUCACIÓN A DISTANCIA
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

0701-LOS CAMPOS DE APLICACIÓN E INTERVENCIÓN EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD

TUTOR: LIC. ENRIQUE BERRA RUIZ

Integrantes:
Anabel Estrada Domínguez
Rosalía López Lara
Leticia Elizabeth Rodríguez Guzmán
Blanca Flor Espinoza Sumano
Yazmin Mendoza Jiménez
GRUPO: 9741
04/04/2016

Los desórdenes de la conducta alimentaria se definen como alteraciones específicas y severas en la ingesta de los alimentos, observadas en personas que presentan patrones distorsionados en el acto de comer y que se caracterizan, bien sea por comer en exceso o por dejar de hacerlo; lo anterior en respuesta a un impulso psíquico y no por una necesidad. (Fassino, Daga, Pieró & Delsedime , 2007).
Dentro de los desórdenes de la conducta alimentaria encontramos:


OBESIDAD


Definición:
Es una alteración nutricional que se define como un exceso de grasa corporal, se caracteriza por el exceso de tejido adiposo en el cuerpo y se refleja en el aumento de peso como consecuencia del desequilibrio entre la energía ingerida y el gasto de esta energía.
“La obesidad, se define como el incremento del peso corporal asociado a  un  desequilibrio  en  las proporciones de los diferentes componentes del organismo, en la que aumenta fundamentalmente la masa grasa con anormal distribución corporal, se considera hoy en día una enfermedad crónica originada por muchas causas y con numerosas complicaciones” (Ríos, 2010).


Factores de riesgo y protección:
Existen factores de riesgo para esta enfermedad que puede desarrollarse a una temprana edad (obesidad infantil), es importante tomar en cuenta estos factores para comenzar de manera temprana con estrategias de prevención.
¬ Factores genéticos
·         Obesidad en los padres, si los dos padres son obesos hay mayor riesgo.
¬  Factores medioambientales
·         Estos suelen ser numerosos y complejos.
¬  Periodos críticos
·         Prenatal: el bajo o el alto peso del bebé al nacer.
·        Pubertad: en esta etapa suelen surgir desviaciones que incrementan el riesgo de desarrollar obesidad.
·         Rebote adipocitario.
¬  Inseguridad alimentaria
¬  Pobreza
·         Mala elección de comidas saludables.
·         Baja estimulación de actividad física en el hogar.
¬  Influencia de la conducta
Los factores de riesgo mencionados son los que pueden provocar el desarrollo de la obesidad, sin embargo, al ya tener la enfermedad existen otros factores de riesgo, es decir, enfermedades que se asocian a la obesidad y que afectan la vida del obeso e incluso pueden provocar su muerte.
Estas enfermedades crónicas pueden presentarse en tres periodos:
Ø  Inmediatas
-    Incremento de las alteraciones ortopédicas.
-    Resistencia a la insulina.
-    Incremento de andrógenos.
-    Aumento de colesterol y triglicéridos.
-    Alteraciones pulmonares y menstruales.
-    Diabetes Mellitus tipo 2
-    Alteraciones psicológicas.
Ø  Mediatas
-    Hipertensión arterial
-    Hipercolesterolemia
-    Lipoproteínas de baja densidad altas y bajas
Ø  Tardías
-    Incidencias y prevalencias altas de enfermedades coronarias.
-    Hipertensión vascular
-    Enfermedad renal vascular
-    Ateroesclerosis
-    Artritis
-    Ciertas neoplasias
Como ya se mencionó la obesidad es multifactorial, y se puede presentar en los individuos a temprana edad, por tal motivo es importante implementar estrategias de prevención:
Fomentar la actividad física en la población de los entornos escolar, laboral, comunitario y recreativo, en donde colaboren todos los sectores.
Aumentar la disponibilidad, accesibilidad y consumo de agua simple potable.
Disminuir el consumo de azúcar y grasas saturadas en bebidas y alimentos.
Incrementar el consumo diario de frutas, verduras, leguminosas, cereales de granos enteros y fibra.
Mejorar la capacidad de toma de decisiones informadas de la población sobre una dieta correcta.
Promover y proteger la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad.
Reducir al mínimo las grasas trans de origen industrial.
Disminuir el consumo diario de sodio.
Orientar a la población sobre el control de tamaños de porción de los alimentos.


Factores biológicos y psicológicos:
La obesidad es considerada como un problema multifactorial, debido a que sus causas son diversas, entre las más determinantes se pueden mencionar los factores genéticos, metabólicos y conductuales.

  • Factores genéticos
“La genética influye en un 66% en el IMC de una persona” (Gómez y Latorre, 2010), es evidente que la genética es un factor determinante en los individuos para desarrollar obesidad, pues no solo se hereda la predisposición a la adiposidad, la distribución de la grasa corporal y la termogénesis, también influye en la conducta, tales como la preferencia hacia las grasas, la elección del intervalo entre comida y la inclinación por la actividad física, ya que estos también presentan componentes genéticos.
También se conocen ciertos síndromes genéticos que se encuentran asociados con la obesidad: el síndrome de Prader-Willi, el síndrome de Bardet-Biedl, el síndrome de Ahlstrom, el síndrome de Carpenter y el síndrome de Cohen. Algunas otras causas genéticas raras de obesidad incluyen defectos en el receptor de melanocortina-4, deficiencia de leptina o deficiencia del receptor de leptina.

  • Factores metabólicos
Estos factores hacen referencia a las interacciones neurofisiológicas y endocrinas involucradas en la regulación de energía corporal. Estas interacciones suelen ser muy complejas.

  • Factores psicológicos y conductuales
Algunos elementos psicológicos pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de la obesidad en algunos pacientes, esto sucede porque algunas personas no logran introyectar en su desarrollo el control de la alimentación. En muchos casos la comida es empleada como un objeto transicional desde las primeras etapas del desarrollo, es decir, se recurre a la comida para calmar un malestar emocionar de cualquier origen. Son muchos los obesos que presentan una dificultad para identificar y expresar sus emociones, esto hace que tiendan a recurrir a comer en exceso como una estrategia maladaptativa para controlarlas.

En algunos casos, desde el punto de vista conductual, el restringir de manera voluntaria la ingesta de alimentos, hace que exista una sustitución de los controles fisiológicos de una manera arbitraria por un control cognitivo, sin embargo este control cognitivo tiende a fallar, muchas veces por la presión fisiológica, el estrés, la ansiedad, los síntomas depresivos, el consumo de bebidas alcohólicas y la relajación normal de la voluntad.
Entre los trastornos psicológicos más comunes que se asocian con la obesidad, se pueden mencionar:

  • Algunas reacciones psicóticas como trastornos maniaco-depresivos o afectivos.
  • Después de un período depresivo psicótico, con manifestaciones esquizofrénicas, el paciente tiende a sentir un vacío en su interior lo que lo lleva a comer en exceso.
  • Conflictos interpersonales y situaciones cambiantes de la vida.
  • La gula
  • Cólera encubierta en donde se utiliza el mecanismo de represión.
  • Sentimientos de inseguridad, estados de falta de afecto, respeto y contacto físico, que conllevan a comer en exceso.
“Actualmente las causas psicológicas de la obesidad siguen poco claras y estas no han podido ser clasificadas dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud, ni en la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-IV-TR)” (Sandoval, s/f).


Epidemiología:
La obesidad es un problema de salud pública a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que 312 millones de adultos presentan obesidad.  Dicho problema se presenta con mayor frecuencia en países desarrollados y en vías de desarrollo que están viviendo un proceso de cambio en su ritmo de vida y que afecta directamente en su alimentación.

México es uno de los países en vías de desarrollo, que presenta un gran número de casos de obesidad adulta e infantil, su prevalencia se ha incrementado de manera alarmante en las dos últimas décadas. “Estos incrementos fueron observados en todas las regiones, en ambas localidades, y en todos los niveles socioeconómicos. Los aumentos relativos más altos en la prevalencia de obesidad fueron observados en la categoría de edad más joven (de 20 a 39 años), seguidos por el grupo más viejo (de 60 a 75 años)” (Barquera, Campos, Rojas y Rivera, 2010).


Tipos de evaluación:
Existen diversos tipos de evaluación de la obesidad, debido a que la grasa corporal no puede ser medida de forma directa en los seres humanos, se utilizan medidas indirectas que son utilizadas en niños y adolescentes y pueden ser divididas en cuanto a su utilización:
-       Práctica clínica.

  • Antropometría con indicadores del IMC 
  • Peso relativo del P/T
  • Pliegues cutáneo.
  • Circunferencia de la cintura para valor la distribución de la grasa
-       Investigación

  • Bioimpedancia eléctrica.
  • Absorciometría dual de rayos X (DEXA)
Estrategias y programas de intervención:
Debido a que la obesidad es un problema a nivel mundial y que en los últimos años ha ido en aumento, es necesario plantear estrategias y programas de intervención que prevengan esta enfermedad.

Entre los ámbitos de acción de las estrategias promocionales de hábitos saludables a nivel poblacional se encuentran: campañas masivas de información y educación; información e indicaciones a usuarios; intervenciones centradas en colegios y trabajos; cambios en ambientes locales, mandatos y restricciones.

Se han realizado diversas intervenciones a nivel mundial para prevenir la obesidad. El foco primordial de las intervenciones es dieta, actividad física y ambas acciones en conjunto. También se han realizado intervenciones que modifican factores ambientales, psicológicos y sociales.

La Secretaria de Salud ha impulsado el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria (ANSA), el cual tiene como objetivo la creación de entornos saludables dirigidos a la prevención de la obesidad en la población mexicana, con el fin de lograr dicho objetivo se han planteado grupos de intervenciones de prevención control y seguimiento de la obesidad (Rivera, Hernández, Aguilar, Vadillo y Murayama, s/f).

Los grupos de intervenciones se clasificaron en:

  •       Educación y promoción de la salud
*Campañas en medios de comunicación masiva
*Intervenciones en escuelas y en lugares de trabajo

  • Regulación
*Medidas fiscales que modifiquen los precios relativos de productos
*Regulación gubernamental de la publicidad de alimentos para niños y etiquetado de alimentos.

  • Atención primaria
*Consejería médica y de nutriólogos a individuos en riesgo
* *Se realizan también intervenciones a nivel psicológico y médico cuando ya se padece obesidad, estas intervenciones pueden ser la psicoterapia conductual, tratamientos farmacológicos y en casos muy extremos la cirugía bariátrica (Sandoval, s/f).
  •         Psicoterapia conductual: Esta terapia tiene como objetivo la modificación de los hábitos alimenticos y del nivel de actividad física del paciente. Se administra a nivel grupal y la duración del tratamiento es de 4 a 6 meses, con sesiones semanales. Cabe mencionar que el fin específico de esta terapia no es la reducción de peso, sino más bien lograr que el paciente adopte buenos hábitos de alimentación y realice con mayor frecuencia actividad física.
  • Tratamiento farmacológico: Como su nombre lo indica este es un tratamiento que se basa en la administración de fármacos que ayudan al paciente a bajar de peso y a reducir los niveles de ansiedad. Entre los medicamentos que son aprobados para el tratamiento de la obesidad se puede mencionar la Sibutramina, que inhibe la recaptura de serotonina y norepinefrina y suprime el apetito.
  •    Cirugía bariátrica: La cirugía bariátrica es un procedimiento quirúrgico que se utiliza solamente en pacientes que presentan obesidad clínica severa. Este es el único tratamiento útil en el control de la obesidad a largo plazo y su función es limitar la capacidad gástrica y/o interferir con la digestión. Los procedimientos que se utilizan con mayor frecuencia son la banda gástrica, la gastroplastia vertical con banda y el bypass gástrico.
Manejo de los factores psicológicos que contribuyen a los desórdenes alimentarios:


En la actualidad los desórdenes alimentarios se han desarrollado de manera alarmante, principalmente en los adolescentes quienes han reaccionado de manera susceptible a los envistes de los medios de comunicación que tratan de estigmatizar la imagen corporal “ideal”, utilizando como modelos chicas y chicos delgados.
Todo esto ha provocado que, principalmente, las adolescentes quieran alcanzar esa imagen ideal adoptando conductas aversivas para su salud, entre estas conductas se pueden mencionar los trastornos del comportamiento alimentario (TCA), los cuales son enfermedades psiquiátricas graves, que se encuentran marcadas por alteraciones en el comportamiento, las actitudes y la ingestión de alimentos que se acompaña generalmente por la intensa preocupación con el peso o la forma del cuerpo. Entre estos trastornos se encuentran la anorexia nerviosa (AN), la bulimia nerviosa (BN) y el trastorno alimentario no especificado (TANE) (Portela de Santana, da Costa Ribeiro, Mora y Raich, 2012).

También entre estos desórdenes alimentarios se pueden mencionar la obesidad y el sobrepeso, estas enfermedades se caracterizan por la ingesta excesiva de alimentos y por ende el aumento de grasa y peso corporal, este problema está afectando de manera alarmante a la niñez y su padecimiento hace que se presenten otras enfermedades, así como, problemas psicológicos.

Para el control de estos desórdenes alimentarios se han creado algunos modelos que explican estos desórdenes con el fin de poder darles tratamiento adecuado (Sánchez, Villarreal y Musitu, 2010):

-       Modelo psicoanalítico
Este modelo se fundamente en el Psicoanálisis de Freud, para el cual la explicación de los desórdenes alimenticios tiene una base psicopatológica que es una forma sintomática de otra estructura clínica (neurosis, perversión o psicosis).

-       Modelos cognitivo-afectivos
La distorsión de la imagen corporal conlleva a una sobreestimación de ciertas partes del cuerpo, lo que provoca una alteración cognitivo-afectiva que se asocia a la insatisfacción y una marcada preocupación hacia la figura.

-       Modelo bioconductual de la anorexia
Este modelo está basado en el Análisis Experimental del Comportamiento y su objetivo es analizar las relaciones funcionales que se encargan de la regulación de la anorexia explicando cómo los síntomas físicos y psicológicos son producidos por el hambre y el aprendizaje social.

Anorexia
Definición: es definida como una enfermedad psicosomática caracterizada por una alteración de la imagen corporal y un trastorno de la conducta alimentaria siendo el rasgo clínico principal la negativa a alimentarse de forma apropiada, por un temor irracional ante la posibilidad de ganar peso. La AN tiene una forma típica o restrictiva y otra purgativa en la que el intento de ayuno se añaden vómitos y diarrea auto provocada y a veces uso de diuréticos (Madruga, Leis & Lambruschini, s/f)


Factores de riesgo y protección:
Diversas investigaciones han abordado los factores de riesgo más frecuentes que pueden propiciar en los adolescentes trastornos como la bulimia, anorexia, lesiones traumáticas de origen deportivo entre muchos otros problemas, estos se encuentran estrechamente relacionados con la edad, expectativas educacionales y notas escolares, comportamiento general, influencia de los pares, calidad de vida comunitaria, la calidad del sistema escolar y algunas variable psicológicas  tales como diagnósticos de depresión junto con el de estrés excesivo son los más frecuentes asociados con las conductas de riesgo adolescente (Páramo, 2011).
De acuerdo con algunos otros autores dentro de los factores de riesgo que se han encontrado se encuentran los trastornos del aprendizaje, de la conducta alimentaria y depresivos, conductas violentas, mayor consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales, problemas emocionales en todas la áreas particularmente en la familia y en la salud relacionados con la interacción y comunicación con los padres, la autoimagen, la tendencia al aislamiento (no pertenecer a ningún grupo de pares ni tener amigos) entre muchos otros (Paniagua Repetto & García Calatayud, 2003 citado por Páramo, 2011).


De acuerdo con Páramo (2011) estos factores tienen origen tanto interno como externo además de que intervienen también aspectos personales, familiares y sociales.


Dentro de los factores de protección Donas Burak (2001, citado por Páramo, 2011 ) propone dos tipos de factores, los de amplio espectro y los factores protectores específicos,en el caso de los Factores Protectores de amplio espectro este autor menciona que se referieren a los indicativos de mayor probabilidad de conductas protectoras que favorecen el no acontecer de daños o riesgos, mientras que los Factores protectores específico a ciertas conductas de riesgo.


Factores biológicos y psicológicos:

Factores biológicos:: los responsables de la negación del hambre en estos pacientes puede ser por los opioides endógenos, demostrado por estudios que revelan un importante aumento de peso en algunos pacientes a los que se le administraron antagonistas opiáceos. La leptina, péptido producido en las células del tejido adiposo, está involucrado, mediante factores hipotalámicos, en la regulación del apetito y del mantenimiento del peso. Cuando se estudia en mujeres adolescentes y adultas jóvenes el efecto de la Anorexia nerviosa en las concentraciones plasmáticas de las adipocitocinas (leptina y adiponectina) y la reserva de la glucosa estimulada por la insulina, se observa que las anoréxicas muestran concentraciones plasmáticas más altas de adiponectina al compararlas con las no anoréxicas, en tanto las de leptina se encuentran disminuidas. La deficiencia de zinc, también está íntimamente asociada con la anorexia nerviosa, no solo por ella misma, sino también ligada a otros macronutrientes como la tiamina (Vargas, 2012).

Factores psicológicos: trastorno de proporciones delirantes en la imagen y concepto corporales, percepción e interpretación cognoscitivas inadecuadas y confusas de los estímulos que se inician en el cuerpo que lo llevaría al no darse cuenta de la sensación de hambre, sensación paralizante de inefectividad que produce la convicción de que actúa solamente en respuesta a las demandas de los otros y no de su propia iniciativa (Vargas, 2012).

Factores familiares: en las familias de pacientes con anorexia nerviosa muy frecuentemente existen características tales como: Nexificacion: excesiva fusión entre todos los miembros con una consecuente disminución de la independencia y autonomía individual, rigidez para cambiar y adaptarse a nuevos patrones y situaciones, sobre protección, evitación y falta de resolución de conflictos (Vargas, 2012).

Factores genéticos: quedan sugeridos al ver que la tasa de concordancia es del 70% para gemelos idénticos y del solo 20% para los no idénticos. Existen datos que afirman que la identificación de un gen en el cromosoma 1 implicado en el desarrollo de la patología.

Factores socioculturales: la sobrevaloración de la delgadez que hace nuestra cultura, es un factor de innegable importancia para la generación de estos cuadros.


Manejo de los factores psicológicos que contribuyen a los desórdenes alimentarios:


  • Ayudar a desarrollar un sentido crítico hacia los mensajes que constantemente lanzan los medios de comunicación y rechazar el canon de esbeltez propuesto por la moda.
  • Promover la importancia de la persona no en su imagen, sino en cualidades importantes como el conocimiento, las habilidades sociales, la generosidad y empatía, el cuidado inteligente del cuerpo y de la apariencia, nuestra higiene, la forma de hablar, de moverse, de gesticular, de dirigirse a los demás, de sonreír.
  • Ante todo hay que mantener el sentido del humor. Hay que reírse de uno mismo, no esperar que lo hagan los demás y permitirnos ser como queremos ser y no como quieren los demás que seamos (Vargas, 2012).


Epidemiología: En la actualidad no se conoce la magnitud del problema por la escasez de estudios representativos de la población Mexicana. Aunque según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, una encuesta representativa de la población adulta nacional estima una prevalencia de vida de 2.5% para la bulimia mientras que en el caso de la anorexia no se han encontraron muchos casos.  En la población adolescente escolar se ha estimado 2.8% de mujeres y 0.9% de varones como posibles casos de algún trastorno alimentario aunque no posean diagnósticos (Benjet, Méndez, Borges & Medina, 2012).


Tipos de evaluación: a través de los criterios diagnósticos y estadísticos de la asociación Americana de Psiquiatría DSM-IV-TR (APA, 2002)
1. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla.
2. Miedo intenso a ganar peso o convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
3. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación, del peligro que comporta el bajo peso corporal.
4. En mujeres post-puberales, presencia de amenorrea (Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales (por ejemplo con la administración de estrógenos).

Clasificación Internacional de Enfermedades-10 (WH, 1992)


Conductas y  síntomas psicológicos tales como:
Sintomatología conductual alimentaria: Práctica de ayunos de más de 12 horas de duración o de ejercicio excesivo con el mismo propósito o con la intención de perder peso.


  • Disminución ponderal que no es secundaria a causa médica.
  • Presencia de atracones objetivos (tal como los descritos en el DSM-IV TR.
  • Utilización exprofeso de conductas como el vómito, el abuso de laxantes, de diuréticos o de enemas con el objetivo de compensar los atracones objetivos e incluso de cualquier cantidad de alimentos ingeridos.
  • Realización de ejercicio físico por varias horas durante el día, incluso a costa de la realización de otras actividades importantes para el funcionamiento o el bienestar del sujeto como la asistencia a la escuela, el trabajo, a reuniones familiares o incluso el sacrificio de las horas destinadas para dormir.


Sintomatología psicológica:
  • Deseos intensos de disminución de peso aun estando en peso normal.
  • Alteración en la autoevaluación  de la imagen corporal, el sujeto se siente y se percibe obeso a pesar de tener un peso normal.
  • Comparación constante del propio cuerpo con el de otras personas.
  • Autocritica intensa y mórbida en cuando a la apariencia  el tamaño de su cuerpo o su forma “excesiva” de comer.
  • Atención cotidianamente concentrada en el conteo de las  calorías ingeridas o en buscar otras formas de bajar de peso.
  • Nula o poca conciencia de enfermedad.
  • Falta de deseo de abandonar las conductas alteradas.
  • Además de:
  • Determinar si existe conciencia de enfermedad y el grado de motivación al cambio por parte del paciente.
  • Explorar si el paciente entiende el origen y desarroll de su padecimiento.
  • Identificar los estresores que exacerban los síntomas.
  • Se puede hacer uso de algunos cuestionarios para complementar la evaluación.


Parámetros que deben ser registrados en el expediente en la primera entrevista:
  • Peso.
  • Estatura
  • Estatura
  • Índice de Masa Corporal  (Peso en Kg/estatura)
  • Percentil ponderal (en caso de niños y adolescentes)
  • Fecha de última menstruación.
  • Frecuencia de atracones por semana.
  • Frecuencia de vómitos auto inducidos o de otras conductas compensatorias por semana.
  • Historia ponderal: peso mínimo durante su padecimiento alimentario, peso máximo a lo largo de su vida, peso idealizado por el paciente.
Parámetros que deben ser registrados en las consultas subsecuentes:
  • Peso
  • Índice de Masa Corporal.
  • Percentil ponderal (en caso de niños y adolescentes)
  • Fecha de última menstruación.
  • Frecuencia de atracones por semana.
  • Frecuencia de vómitos auto inducidos o de otras conductas compensatorias por semana.
En estos pacientes es una prioridad la evaluación del riesgo suicida en la primera consulta o en las citas subsecuentes. Para ello se tienen que explorar los siguientes aspectos:
  • Intención de terminar con su vida.
  • En caso positivo, explorar si el paciente tiene un plan para lograrlo.
  • Indagar acerca de antecedentes personales de ideación suicida y de intentos de suicidio
  • Determinar la accesibilidad de las alternativas para ejecutar suicidio.
  • Interrogar también a algún familiar sobre estos aspectos del paciente. En caso de que el paciente tenga ideación o planeación suicida, el médico de primer contacto deberá referirlo a un centro de atención psiquiátrica para su evaluación y posible internamiento, ya que esto constituye una urgencia psiquiátrica.
Otros síntomas y conductas psiquiátricas que pueden ser evaluadas en los pacientes con trastornos alimentarias:
  • Estado de ánimo predominante.
  • Ansiedad.
  • Obsesiones y compulsiones diferentes de la sintomatología alimentaria.
  • Abuso de alcohol o de sustancias.
  • Autolesiones sin intención suicida (cortadas, quemaduras, jalones de cabello, pellizcos, golpes).
  • Conductas impulsivas como robar, juego patológico, conductas de riesgo parra su integridad física  para los demás.
  • Rasgos de la personalidad.
Historia del trastorno alimentario.
  • Evaluar episodios, tratamientos previos y la respuesta a los mismos.
Desarrollo e historia psicosocial:
  • Abuso sexual o abuso físico.
  • Historia sexual.
  • Conflictos interpersonales relevantes para comprender el trastorno alimentario.
Aspectos familiares:
  • Historia familiar de trastornos alimentarios, otros trastornos psiquiátricos y de obesidad.
  • Actitudes de la familia hacia el trastorno, actitudes hacia la alimentación en general, el ejercicio y la apariencia física.


Estrategias y programas de intervención:
La primera consideración en el tratamiento es
  • Restaurar el estado nutricional del paciente, la deshidratación, la inanición y los desequilibrios electrolíticos, que pueden conducir a un grave compromiso de la salud y, en ocasiones a la muerte.
  • El apoyo psicológico de estos pacientes hospitalizados suelen combinar la terapia conductual con la terapia familiar y la educación sobre la alimentación sana. La terapia conductual es del tipo de la modificación de conducta, basada en reforzar actitudes positivas y colaboración así como ganancia ponderal (condicionamiento operante).
  • Las pacientes cuyo tratamiento es ambulatorio, requieren de un manejo interdisciplinario que incluya al médico pediatra, al nutricionista y al psicólogo.
  • El manejo psicológico es individual y con el grupo familiar. En la psicoterapia familiar se recomienda un enfoque cognitivo conductual.
  • Por la parte cognitiva se trabaja desmitificando los ideales irracionales y el perfeccionismo mediante técnicas de reconstrucción. Se da información sobre lo que son la ansiedad, el estrés y la depresión. Se promueve una autoimagen basada en sus competencias y no en su apariencia. Se procura enseñar a controlar la ira.
  • Conductualmente se enseñan ejercicios de relajación muscular y estrategias de diálogo interno positivo o meta instrucciones, así como habilidades de auto control basadas en la auto observación y el auto reforzamiento (Márquez, 2009).
  • Intervenciones con la familia del  paciente:
A través de una buena comunicación, saber qué aspectos en la vida de las hijas jóvenes pueden estar resultando difíciles.
Es importante no apresurarse a quitar importancia a sus comentarios y entender que sus preocupaciones son muy importantes para sus padres.
Ante los conflictos, no exagerarlos ni intentar resolverlos a través de agresividad o de culpas mutuas.
Es conveniente facilitar la expresión de los sentimientos, incluidos los negativos, para que no se expresen de manera indirecta.
  • Intervenciones en el marco social:
Denunciar la utilización que los medios de comunicación y la publicidad hacen de la imagen de las mujeres igualando la belleza a la delgadez.
  • Desarrollar, más bien el valor de la belleza aunado al de la salud.
  • Promover modelos para la juventud de personas positivas y sanas (Gascón y Migallon, 2009 citado en Vargas, 2012).

TRASTORNO POR ATRACÓN

Definición
El trastorno por atracón se caracteriza por la aparición de episodios de ingesta compulsiva (atracones) que se definen por dos características esenciales, la ingesta en poco tiempo de una cantidad de comida excesiva y la pérdida de control sobre esa ingesta. También existe malestar respecto a los atracones y ausencia de conductas compensatorias (que son características de la bulimia nerviosa). El trastorno por atracón está asociado con obesidad y con una elevada comorbilidad psiquiátrica y médica. (Hudson, Hiripi, Pope y Kessler, 2007).

Factores de riesgo y protección
El antecedente de los atracones más común es el afecto negativo. Otros disparadores son los estresores interpersonales, la restricción alimentaria, sentimientos negativos respecto al peso o la forma corporal o la comida, y el aburrimiento. Aunque el atracón puede mitigar estos disparadores a corto plazo, las consecuencias a más largo plazo suelen ser disforia y una evaluación negativa de sí mismo.

Factores biológicos y psicológicos
El trastorno suele aparecer en la adolescencia o al inicio de la edad adulta, aunque los pacientes que acuden a consulta suelen tener una edad superior a los afectados por anorexia o bulimia nerviosas. El trastorno se presenta en personas con un peso normal, con sobrepeso y con obesidad; y señala que, aunque hay una relación de este trastorno con la obesidad, no es adecuado equipararlo con la misma, ya que la mayoría de las personas obesas no realizan atracones de forma recurrente. (Casado, 2013, p.p.70).

El trastorno de atracones implica un deterioro en la calidad y la satisfacción con la vida, así como problemas de adaptación social, mayor mortalidad y morbilidad, mayor riesgo de desarrollo de obesidad y mayor utilización de recursos sanitarios. Este trastorno presenta comorbilidad con el trastorno bipolar, los trastornos depresivos, los trastornos de ansiedad y, en menor medida, con los trastornos relacionados con el consumo de sustancias. (Casado, 2013, p.p.72).

Epidemiología
El trastorno por atracón aparece en un 30% de las mujeres obesas que están inmersas en programas para perder peso, y en un 2-5% de la población general. Respecto a la distribución por sexos, está ampliamente demostrado que, al igual que ocurre con otras alteraciones del comportamiento alimentario (por ejemplo, la anorexia y la bulimia), predomina en mujeres (proporción 1,5/1). En el trastorno por atracón, esta alteración de la conducta alimentaria puede darse en muy diversos grupos poblacionales, que van desde adolescentes y jóvenes, hasta mujeres menopáusicas. En general, este anómalo comportamiento alimentario suele darse en personas que están haciendo dietas restrictivas, habiéndose comprobado que a mayor restricción alimentaria, mayor probabilidad de descontrol y desorden con la comida. En este sentido, el trastorno por atracón se ha asociado a una mayor vulnerabilidad frente a la obesidad y frente al riesgo de trastorno psiquiátrico en general. Así, en estos pacientes suele encontrarse: más experiencias adversas en la infancia, historia de trastornos afectivos en los padres, predisposición a la obesidad con más obesidad en la infancia, exposición repetida a comentarios negativos sobre su figura (o peso) y comida, personalidad perfeccionista y una autoevaluación negativa que podría influir en su conducta alimentaria. (Guisado  &  Vaz, 2001, p.p 45).
Tipos de evaluación
Los cuestionarios e instrumentos que se utilizan para manejar la conducta alimentaria de los individuos con BED son:
-The Questionnaire 01 Eating and- Weight Patteros. Se utiliza para clasificar en BED y bulimia nerviosa purgativalno purgativa.
-The Binge Eating Scale. Divide a los pacientes según la existencia de atracones (moderados o severos) o la no existencia de los mismos, basándose en la puntuación de la escala.
-The Eating Disorder Inventory-2. Mide las características clínicas de la anorexia y bulimia nerviosa, y la severidad de los atracones en población obesa.
-The Three-Factor Eating Questionnaire que mide restricción, desinhibición y sensación de hambre cuando el paciente se enfrenta a la comida.
-The Eating Disorder Examination. Valora psicopatología y comportamientos específicos de los trastornos alimentarios. Estudia la restricción, sobreingesta, preocupación por la figuralpeso y comida.
-Escala de Trastorno por Atracón infantil (C-BEDS, Children’s Binge Eating Disorder Scale15): Entrevista diseñada para la evaluación del trastorno por atracón en niños, compuesta por seis preguntas, con modelo de respuesta “si” y “no” Las respuestas a este cuestionario permiten clasificar a los niños y adolescentes en dos grupos en función de si han tenido o no algún episodio de pérdida de control en la ingesta (sin acompañarse necesariamente de sobreingesta). (Guisado, J.  &  Vaz, F., 2001, p.p 45).
*Estrategias y programas de intervención
En el tratamiento del trastorno por atracón se han utilizado diversas estrategias terapéuticas: Desde el punto de vista farmacológico, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina han sido los más utilizados, ya que éstos reducen la frecuencia de los atracones. También se están explorando otros grupos farmacológicos como anorexígenos o, incluso, anti-convulsivantes. 
Desde el punto de vista de las intervenciones psicosociales, las que mayor apoyo tienen son los enfoques cognitivos conductuales y la terapia interpersonal. Los objetivos fundamentales en el tratamiento suele ser la reducción de la frecuencia de los atracones y la disminución de la cantidad de alimentos que se ingieren en cada uno de ellos, pero es conveniente realizar un tratamiento global, que incluya diferentes áreas del funcionamiento psicosocial. (Raich, 2011, p.p 345).
La psicoterapia es eficaz para establecer un patrón regular alimentario (incluyendo autocontrol, exposición a comidas prohibidas, cambio en las creencias erróneas sobre las comidas y entrenamiento en la prevención de recaídas. (Guisado  &  Vaz, 2001, p.p 45).


BULIMIA
Definición
Conocida también como bulimia nerviosa, este desorden se caracteriza por alteraciones severas en la conducta alimentaria una falta de control en la ingesta de alimentos, provocando episodios recurrentes de voracidad o atracones, el individuo comienza a tener episodios de descontrol de su alimentación y comienza con excesos poco saludables y va acompañado de un arrepentimiento tratando de compensar con la inducción de vómito o el uso de laxantes.

Está constituida dentro de los problemas que afectan con mayor incidencia a la población femenina a muy temprana edad, un factor predominante es la influencia de la imagen corporal y su afectación tiene un alto crecimiento muy rápido en la población
El DSM-IV describe dos tipos de bulimia


1. Purgativo. Donde el individuo se induce el vómito, uso de laxantes, diuréticos o enemas
2.    No Purgativo: Ayuno, exceso de ejercicio
Este desorden alimenticio tiene múltiples causas y diversos procesos

Factores de riesgo y protección
Los factores son características importantes para favorecer la conducta o la recuperación de la salud hablando desde el punto de vista de nuestro tema, la protección ayuda a contrarrestar factores de riesgo, pero aquí se debe tener mucho cuidado y no caer en la excesiva protección ya que una conducta sobreprotectora puede poner a ciertas conductas en riesgo.
Dentro de los factores de riesgo podemos destacar
·         Ser adolescente
·         Ser mujer
·         Hacer dieta
·         Problemas emocionales
·         Baja autoestima
·         Sobreprotección familiar
·         Cambios de hábitos alimenticios
Dentro de los factores de protección
·         Apoyo familiar
·         Comunicación interpersonal
·         Alta autoestima
·         Proyecto de vida
·         Locus de control interno bien establecido
·         Sentido de vida
Factores biológicos
Los individuos pueden presentar una vulnerabilidad y tener una tendencia mayor al desorden alimenticio desde los factores biológicos, la genética es una predisposición a una alimentación inadecuada, entonces se dice que la bulimia es consecuencia hereditaria,  las conductas familiares así como genes son consecuencia a su desarrollo de pérdida de control alimenticio, otro factor biológico es la alteración de la serotonina en la transmisión cerebral, la serotonina genera un síntoma de saciedad, su alteración puede contribuir para que el individuo genere los atracones
Factores psicológicos
·         Temor a subir de peso
·         Deseo compulsivo de bajar de peso
·         Trastorno de la imagen corporal
·         Depresión
·         Irritabilidad
·         Cambios de Humor
·         Baja autoestima
·         Alteraciones emocionales
·         Déficit en autoestima
·         Desequilibrio metabólico
·         Ansiedad
Pero desde la perspectiva física las consecuencias física pueden ser deshidratación, diarreas, dolores abdominales, debilidad muscular, un consecuencia más severa el resultado puede ser dolores abdominales, debilidad muscular, gastritis, vómitos acompañados con sangre

Epidemiología
La bulimia es considerada por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad epidémica, ya que está dentro de las enfermedades crónicas, se considera que la prevalencia oscila entre el 1.2% a 4.2% y se tiene registros que durante los últimos 50 años su incremento es de 0.9 a 4.1% y en un estudio realizado en México en el año 2003 los resultados arrojaron que la prevalencia es de 1.8% en mujeres en edad entre 18  a 29 años.

En Argentina a través de estudios realizados en el año 2008 se obtuvo que el 47% de adolescentes se inducen el vómico, siendo este un síntoma de bulimia. En Colombia se obtuvo una prevalencia de 3.25% y en Bogotá en el año 2011 el 27% de estudiantes de bachillerato mostraron riesgo del padecimiento


Tipos de evaluación
Existe la evaluación médica que tiene un protocolo de pasos a seguir para poder diagnosticar a una persona con desorden alimenticio, entre ellos está la historia clínica, hábitos dietéticos, exploración física, datos de laboratorio, estudios endocrinometabólicos y en alguno de los casos incluyen estudios de imagen cerebral.
Desde el punto psicológico la evaluación incluye la historia clínica, conducta alimentaria, conducta compulsiva, uso de cuestionario especial para trastornos de conductas alimentarias se pueden incluir ansiedad, angustia, estrés, depresión, alteraciones de estado de ánimo, evaluación familiar
Estrategias
La bulimia se caracteriza por los atracones incontrolables de la persona, una de las técnicas utilizada para inhibir este efecto son los siguientes:


1.    Cambiar de actividad o pensamiento
2. Distracción en el momento que se manifiesta la ansiedad, poder escuchar música, conversación con una persona o caminar son una de los distractores utilizados
3. Retrasarlos, realizar una actividad como leer, pintar entre otros
Programas de intervención


Las intervenciones más aplicadas según Fernández (1997) son:
1.    Psicoterapia individual
2.    Grupo de autoayuda
3.    Hospitalización
4.    Tratamiento farmacológico
5.    Tratamiento grupal


Otros autores incluyen la terapia familiar, terapia psicodinámica y terapia cognoscitiva conductual, dando un mejor resultado a su recuperación de la conducta adecuada


ORTOREXIA
 Definición

La ortorexia, del griego “orthos” correcto y “orexis” apetito, se puede entender como la búsqueda de una dieta correcta, es un cuadro obsesivo-compulsivo que describe una extremada selección de alimentos considerados saludables por la persona que lo padece se caracteriza por una dieta restrictiva y un aislamiento social compensatorio, es una obsesión por la comida sana, hasta un nivel que se puede considerar patológico. El término, fue definido por primera vez por el médico norteamericano Steven Bratman, en 1997, en un libro publicado en el año 2000 en EEUU y titulado “Health Food Junkies”, (“Yonkies de comida sana”).  (Muñoz y Martínez, 2007)

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Las personas que tienen esta tendencia evitan a toda costa los alimentos que contienen o podrían tener colorantes, conservantes, pesticidas, ingredientes genéticamente modificados, grasas poco saludables o contenidos excesivos en sal, azúcares y otros componentes similares.

La forma de preparación de los alimentos y los materiales utilizados para ello también son parte del ritual obsesivo. La preocupación exagerada por la comida sana lleva a consumir exclusivamente alimentos procedentes de la agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas o herbicidas, etc.

Las personas con esta tendencia a menudo tienen antecedentes o rasgos comunes con los pacientes que padecen anorexia, se trata de personas meticulosas, ordenadas, con una exagerada necesidad de autocuidado y protección. Con frecuencia estas personas están relacionadas con los círculos vegan, macrobióticos o se han dejado convencer por la filosofía de la dieta de los grupos sanguíneos, la dieta de la zona, la dieta de las alergias o la hiperactividad y déficit de atención de Phil. (Aranceta, 2007).

Esta práctica puede conducir muchas veces a que se supriman la carne, la grasa y algunos grupos de alimentos que no siempre se reemplazan correctamente por otros que puedan aportarle los mismos complementos nutricionales. Aunque la ortorexia no ha sido reconocida oficialmente en los manuales terapéuticos de trastornos mentales, los escasos estudios en torno a ella sí parecen confirmar que detrás de la obsesión por un menú escrupulosamente limpio subyace con frecuencia un trastorno psíquico. (Muñoz y Martínez, 2007).

Factores de riesgo y protección

Las mujeres, el periodo de adolescencia y quienes se dedican a deportes como el culturismo, el atletismo y otros, son los grupos más vulnerables, en los ortoréxicos existe la falsa creencia de que pueden prevenir todo tipo de enfermedades simplemente con llevar una dieta sana. Son personas que tienen mucho miedo a la muerte y que por tanto buscan todas las posibilidades para alejarse de ella, piensan que controlando la alimentación podrán lograr su objetivo pero esto les ocasiona obsesionarse de manera descontrolada.

El deseo por prevenir enfermedades controlando la alimentación llega a afectar eventualmente a querer controlar todos los aspectos de su vida llegando incluso a la negación de la realidad en muchos casos, es decir, los llevan a buscar las tendencias de belleza impuestos sin que el sujeto lo admita. Los seguidores de todas estas diferentes teorías alimentarias suelen estar muy delgados, sin admitir que siguen esas dietas para adelgazar.

Los ortoréxicos piensan que el acto de comer es un vicio que los hace culpables, que los lleva hacia la enfermedad, tienden a seguir una dieta basada en alimentos que no les gusten ya que de esta manera rechazan lo que desean y se autocastigan suelen seguir diferentes dietas para diferenciarse de aquellos que no las siguen.

Los factores ambientales de riesgo más comunes actualmente son los estereotipos que se muestran en los diferentes medios de comunicación ya que envían señales que son malinterpretadas fácilmente por las personas que tienen la preocupación o el interés de llamar la atención es importante que se ofrezca información precisa, no exagerada y claro, hábitos alimenticios saludables y adecuados. El núcleo familiar, las escuelas y en general las personas que ejercen influencia sobre otras en loa aspectos de desarrollo personal, deben recomendar un comportamiento alimenticio adecuado sobre todo cuando se detecta que las personas incurren en obsesiones y angustias por mantener una buena figura, con esto se pueden evitar males tan graves como la desnutrición y los trastornos psicológicos debidos a la ortorexia. (Méndez, 2007).

Factores biológicos y psicológicos

Existe una diferencia entra la ortorexia y otras enfermedades ya que mientras en la Anorexia y Bulimia Nerviosas el problema gira en torno a la cantidad de comida, en la ortorexia gira en torno a la calidad. La persona que sufre ortorexia no está tan preocupada por el sobrepeso o su aspecto físico, su preocupación se centra en mantener una dieta equilibrada y sana.

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Aunque un trastorno de la alimentación puede aparecer a cualquier edad, es mucho más frecuente su aparición entre los 13 y los 19 años, esto puede ser debido a que en la adolescencia se tiene una mayor inseguridad con respecto al aspecto físico, a la vez que se le da a la apariencia externa una mayor importancia. Sin embargo, se han detectado casos, a edades cada vez más tempranas, incluso a partir de los 10 años, asimismo, cada cada vez es más frecuente encontrar casos de estos trastornos en la edad adulta.

Existen riesgos de tipo familiar, cuando algún miembro de la familia padece cierto desorden alimenticio, es más fácil que algún otro miembro también lo padezca y en este caso estarían involucrados factores genéticos y ambientales, también el padecer traumas como la separación o perdida de los padres o algunos otros factores más simples como mudanzas o problemas escolares, pude considerarse como una pérdida de control que intenta ser recuperado controlado el peso. La ortorexia parece no afectar a los sectores marginales, sino más bien al contrario, ya que éste tipo de comida es mucho más cara que la normal y más difícil de conseguir. (Miján, 2004).  

Algunos factores psicológicos que están inmersos son personalidades excesivamente perfeccionistas, obsesionadas con mantener todo bajo control, intransigentes con los fallos propios y con tendencia a la depresión se da más en caso de personas con un comportamiento obsesivo-compulsivo o en personas que sufrieron algún otro trastorno alimenticio y que ahora se obsesionan por tener un control adecuado de su alimentación. (Miján, 2004).  

Manejo de los factores psicológicos que contribuyen a los desórdenes alimentarios

La manera más efectiva de contrarrestar este problema es con la prevención, los factores psicológicos en las personas deben orientarse a trabajar en la personalidad de las mismas con la finalidad de controlar la forma en como se relacionan su vida con la alimentación para que no enlacen estas ideas con su vida cotidiana, se tiene que buscar la manera de otorgarle pensamientos y sentimientos que logren una vida sana y feliz de manera personal y social.

Se debe trabajar, en primer lugar en la información que brinde ideas de cómo se vislumbra la persona y como se relaciona con su cuerpo y con su alimentación pude comenzar con un registro de los pensamientos, sentimientos y conductas sobre su apariencia en diferentes situaciones de su vida y entonces poder otorgarle una visión realista de su cuerpo y de su alimentación, esto dará idea de las creencias pensamientos que tiene sobre la propia imagen y comprobar hasta qué punto son irreales y perjudiciales es un tipo de  reestructuración cognitiva.

Además de entrenar al sujeto para manejar posibles situaciones de riesgo para poner en práctica las estrategias aprendidas en la terapia, se le debe ayudar a analizar y reeducar la dieta inadecuada o controlada en exceso (Fleischer, Allegro, Benjamín, Rivas, & Surmani, 2009).

Epidemiología

La ortorexia afecta principalmente a personas de clases altas en países desarrollados, se presenta más entre personas perfeccionistas, con rasgos obsesivo-compulsivos y en personas que han padecido algún otro problema alimenticio, es más común entre mujeres jóvenes que en varones. Las personas que padecen ortorexia no necesariamente tienen que ser vegetarianas, también pueden ser frutistas, crudistas (sólo consumen alimentos crudos) en función del tipo de alimento o la forma de consumirlo. Las personas más vulnerables en padecer conducta ortoréxica corresponden a las mujeres, los adolescentes y quienes se dedican a disciplinas como el fisicoculturismo, danza y atletismo; grupos que se muestran más sensibles frente al valor nutritivo de los alimentos y su repercusión sobre la figura o imagen corporal.

Este trastorno de la conducta alimentaria no aparece registrado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), el cual es revisado y publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), de hecho aún se necesita más investigación teórica y empírica que permita desarrollar la teoría y los métodos para contrastarla y poder incluirla en el DSM-IV, aún se desconocen estadísticas sobre su incidencia en Estados Unidos, que fue donde fue descrita por primera vez.

La ortorexia no llega a ser una enfermedad que pueda ser fatal por inanición, aunque existen casos en los que la obsesión y la pérdida de la proporción es tan grande que lleva a que se realizan dietas extremas. Las dietas tan extremas llevan a una malnutrición que provoca que el individuo sea muy susceptible a infecciones que en otra persona se superarían sin problemas, y que les pueden llevar a la muerte. Estas dietas tan extremas también llevan a desarrollar una malnutrición proteico-energética debido a que van retirando alimentos hasta que solo comen verduras y frutas. (Pérez, Valdés, Jerez, Lagos y Pacheco, 2015).

http://img.informador.com.mx/biblioteca/imagen/370x277/667/666158.jpg La ortorexia les produce una serie de incapacidades emocionales que les lleva a enfermedades psicológicas como depresión, ansiedad crónica, etc. que también necesitan tratamiento. En estos casos, el daño de la ortorexia radica en el daño que se hace a la mente y el espíritu, en cómo se crea un mundo enfermizo, asimismo ocasiona pérdida de oportunidades, debido a la obsesión que hace que la comida se convierta en algo más importante que lo que realmente es, mientras se está obsesionado en la comida se dejan de hacer muchas cosas. También se llega a generar un aislamiento social, estas personas creen que son mejores al resto solo por llevar la dieta que llevan. (Méndez, García, Ramírez y Ceballos, 2014).

Tipos de evaluación

Debido a que existe una fina línea entre la comida sana y la obsesión por la misma, se debe recordar que la clave para el diagnóstico de cualquier enfermedad de tipo mental es que el trastorno cause daño al paciente, tanto físico, social, como emocional.

Para detectar la ortorexia, los especialistas han establecido una serie de preguntas acerca de la alimentación del paciente.

También existe un instrumento llamado “ORTHO-15” creado por Donini que fue validado con 525 sujetos de distintas ciudades de Italia, su objetivo es medir la conducta ortoréxica y se compone de 15 ítems de auto aplicación con un puntaje mínimo de 1 y máximo de 4 por pregunta; estos ítems investigan la obsesión del sujeto en seleccionar, comprar, preparar y consumir alimentos que ellos consideran saludables.

Se obtiene una calificación de las respuestas que varían de 15 a 60 puntos. Los resultados alcanzados se clasifican en función del valor numérico de la suma de las respuestas realizadas por los sujetos, de tal forma que los registros logrados se dividen en 3 categorías, distribuidas de la siguiente manera: conducta ortoréxica (5-35 puntos), normal (36-38 puntos) y saludable (39-60 puntos). (Pérez, Valdés, Jerez, Lagos y Pacheco, 2015)

Estrategias y programas de intervención.

El tratamiento de la ortorexia requiere la intervención de un equipo de ayuda en el que participen médicos, psicoterapeutas y dietistas, el tratamiento es complicado y puede llegar a durar varios años hasta que una persona consiga mantener una buena alimentación sin normas rígidas ni calculadas y que deje de sentirse culpable por lo que come tras haber estado años obsesionado por ello.

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El primer paso para intervenir en problema de Ortorexia, es la aceptación por parte de la persona que siente una obsesión por la comida y desear que esa obsesión se acabe, es algo muy importante porque supone un gran cambio en la creencia de que lo que uno come es una virtud y que la persona empiece a entender que realmente tiene una enfermedad, la persona debe tener la certeza de querer curarse porque podría haber reincidencia, debe empezar a comer normal poco a poco olvidándose de la preocupación por lo que se come. Posteriormente se irán introduciendo los alimentos de una manera determinada y de forma paralela se puede instaurar un tratamiento de intervención en psicoterapia, a fin de que el sujeto vaya adquiriendo mecanismos o estrategias que le permitan superar de forma adaptada las descompensaciones personales.

Desde el punto de vista nutricional, los objetivos del tratamiento son, cubrir los requerimientos nutricionales mínimos. Ampliar gradualmente la gama de alimentos hasta lograr el nivel adecuado atendiendo a la edad, sexo, talla y peso previo a la enfermedad.

La terapia psicológica debe ir más allá de la reducción o eliminación de los síntomas, puesto que el problema de la comida es la manifestación de insatisfacción con su propia vida. El tratamiento pasa por un análisis de las dificultades que tiene la persona en las siguientes áreas: Individual: aceptación de sí mismo, expresión de emociones, toma de decisiones; Familiar: dinámica de funcionamiento, conflictos entre miembros; Social: rendimiento académico o laboral, amistades. (Aranceta J. 2007).



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